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Egipto termina con el estado de emergencia que ha maniatado al país desde 1981


Después de 30 años, Egipto amanece sin la ley de estado de emergencia, uno de los principales instrumentos creados por el ya depuesto Hosni Mubarak para reprimir cualquier tipo de imposición a su Gobierno.  Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos egipcios han advertido que es necesario la aprobación de nuevas normativas para asegurar el fin de los abusos.

La ley de emergencia otorga al Ministerio de Interior la potestad de arrestar a cualquier persona de forma indefinida sin necesidad de formular cargos. Los detenidos bajo esta legislación han sido a menudo torturados, según las ONG. Desde el asesinato del presidente Anuar el Sadat en 1981, la ley de emergencia ha estado instaurada hasta el presente, siendo renovada de forma interrumpida.


La decisión ha sido interpretado en clave electoral, ya que las dos instituciones competentes para extender la ley, el Parlamento y la Junta Militar, están asociados en las elecciones.

Tanto Mohamed Morsi, el candidato de la Hermandad, como Ahmed Shafiq, el último primer ministro de Mubarak  considerado el preferido de la Junta Militar, se han dedicado a cortejar los votos de los partidos y personalidades laicos prorrevolucionarios, pues sus votos son imprescindibles. De ahí el consentimiento de haber levantado la orden del estado de emergencia.

Si la prioridad de los electores es el “eje revolucionario”, Morsi parte como el gran favorito, en cambio, el otro eje es el que más interesa a Shafiq, defensor a ultranza del laicismo. Es difícil pronosticar unos resultados en una sociedad tan polarizada, aunque lo que sí es seguro es que se impondrá el voto con el estómago por encima de ideas y programas.



Fuente: Edición Impresa EL PAÍS. 1 de Junio 2012.

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