El Partido Socialista necesita
289 escaños de los 577 de la Asamblea Nacional para gobernar en solitario. Y lo
va a tener muy difícil para llegar a tanto, pese a que las encuestas no descartan
esa posibilidad. El bloque de los partidos de izquierda obtendrá entre 303 y
357 diputados, y las filas de Hollande se moverían entre 249 y 91 escaños,
según Ipsos Lógica Business.
Los socialistas confían en que
lograrán superar la barrera de los 289 escaños debido a la popularidad del
presidente y del primer ministro, Jean Marc Ayrault, ya que se mueven en
cuotas de mayoría absoluta. Un estudio
de Vivavoice para Libération publicado el martes afirmaba que Hollande convence
al 62% de los franceses, y Ayrault al 57%. Si la comparamos con una encuesta
similar de Sarkozy hace cinco años, éste recogió un 57% e opiniones positivas.
Ayrault y Martine Aubry, la
primera secretaria socialista, han preferido no aliarse con Mélenchon, pero
este ha dicho que los votos de la formación que incluye al Partido Comunista
estarán al servicio del proyecto socialista.
Al otro lado, la Unión por un
movimiento popular es la viva imagen del desconcierto y la resignación. Después
de diez años de control absoluto de la política francés y al Asamblea nacional,
obtuvieron unas proyecciones muy malas. La previsible sangría de más de 100
diputados abrirá un escenario inédito en la V República, con los socialistas copando
dos Cámaras y el Eliseo.
La figura más popular para
dirigir la formación es el moderado ex primer ministro, François Fillon (le
prefieren un 19% de los franceses y un 32% de los simpatizantes de la UMP),
seguido del ex ministro de Exteriores Alain Juppé (16%-18%). A continuación
surgen Sarkozy (12% del total, y un impactante 22% en su partido), su gran
enemigo Dominique de Villepin (8%-2%) y la exótica Rama Yade (7%-1%). El actual
secretario general, Jean-François Copé, solo gusta al 5% de los franceses, y
tiene el apoyo del 14% de los votantes de la UMP.
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